Diagnóstico Educativo
Con el comienzo del nuevo año escolar surge la necesidad de recordarle a los docentes la prioridad de realizar el diagnóstico de aula, mejor conocido como Diagnóstico Educativo; el cual es una forma de organizar y recolectar información sobre un hecho educativo relativo a un estudiante o un conjunto de estudiantes, para utilizarlos como datos claves que permitirán planificar en función de orientar los procesos formativos, para que haya una mejora integral.
El diagnóstico permite comprobar cuál es el progreso del estudiante hacia unas metas previamente establecidas; identificar los factores de una situación de enseñanza-aprendizaje concreta que puedan interferir en el desarrollo normal de la escolaridad, por ejemplo niños de padres divorciados y aplicar pedagogía correctiva a los aspectos de las situaciones de la enseñanza, según las necesidades y características de los estudiantes para asegurar la superación de los jóvenes en problemas y retrasos. Podemos dividir el diagnóstico en tres tipos: CLASIFICADOR, saber la posición relativa del niño respecto a otros. PREVENTIVO, encaminado a anticiparse a posibles dificultades para prevenirlas y MODIFICADOR o CORRECTIVO, dirigido a informar sobre las causas de una situación o problema para buscar las soluciones más viables.
Este diagnóstico deberá ser realizado por el docente(s) que asumirá el año escolar según la etapa que corresponda, para ello planificará, evaluara a través de diversos instrumentos y finalmente elaborará un informe que recoja toda la información recolectada. Independientemente del modelo que el docente seleccione (tradicional, conductual, operativo, cognitivo) hay una serie de hechos que siempre se deben tener presente en un diagnóstico; problemas de aprendizaje, tanto generales como específicos. En los generales tenemos: dificultades económicas, sociales, políticas y culturales que generan familias diversificadas, con problemas de abandono familiar, desnutrición, explotación, enfermedades, desadaptación escolar y otros que generan falta de efectividad, angustia, ansiedad, egocentrismo, pereza, timidez etc. En los Problemas Específicos que corresponden a la capacidad intelectual y emocional, entre los que podemos encontrar: miopía, dislexia, sordera, tartamudeo entre otros.
Para obtener esta información se utilizan diversos recursos e instrumentos de evaluación, entrevista a los padres, al niño(a), test, observación sistemática, análisis de las producciones, pruebas concretas, trabajos de campo, autoevaluación y coevaluación etc. Aunque los problemas específicos de aprendizaje provienen de la mala salud física, defectos intelectuales y emocionales que pueden ser de origen genético o adquirido y requieren de un diagnóstico y tratamiento especializado; siendo muchas veces detectados por los educadores, antes incluso que sus propios padres.
Es importante resaltar que la mayoría de la información que se obtiene en el diagnóstico la aportan los progenitores, de allí que sea un requisito obligatorio acudir a las instituciones educativas en el momento indicado para realizar la inscripción de sus hijos(as), evitando delegar esta responsabilidad.
“Mientras más conozcas de ellos… mejor los puedes orientar”.
Artículo Publicado el 22 de Septiembre del 2011
Por el Diario los Andes de Mérida-Venezuela
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