La Deliciosa
Música del Arpa
Un rey adoraba tanto la música que buscó por todo el
mundo el mejor instrumento que hubiera, hasta que un mago le entregó un arpa.
La llevó a palacio, pero cuando tocó el músico real, estaba desafinada; muchos
otros músicos probaron y coincidieron en que no servía para nada y había sido
un engaño, así que se deshicieron del arpa tirándolo a la basura. Una niña muy
pobre encontró el arpa, y aunque no sabía tocar, decidió intentarlo. Tocaba y
tocaba durante todo el día, durante meses y años, siempre desafinando, pero
haciéndolo mejor cada vez. Hasta que un día, de repente, el arpa comenzó a
entonar las melodías más maravillosas, pues era un arpa mágica que sólo estaba
dispuesta a tocar para quien de verdad pusiera interés y esfuerzo. El rey llegó
a escuchar la música, y mandó llamar a la niña; cuando vio el arpa, se llenó de
alegría, y en aquel momento nombró a la niña como su músico particular, llenando
de riquezas a ella y a su familia.
Esta hermosa lectura, nos demuestra uno de los valores
que debemos cultivar en cada uno de nosotros: La Constancia, como la aplicación
continúa y frecuente de un esfuerzo por lograr un determinado propósito u
objetivo. El sentido de la vida, se lo dan cada una de las metas y retos que
nos planteamos a lo largo de nuestra existencia; aunque tener metas y objetivos
por cumplir, se concreta con la Constancia, como el valor que nos permitirá
superar los obstáculos que se nos presenten en el camino.
Para desarrollar la virtud constancia se requiere tener
la claridad de un propósito, la creación de un método que permita sistematizar
las ideas y convertirlas en acciones. El trabajo continuó y disciplinado da sus
frutos, aunque para generar satisfacción propia debe amarse lo que hagamos, sea
lo que fuere, vinimos a este mundo a ser felices…y esa felicidad solo se
consigue si hacemos lo que nos gusta; porque en esa medida daremos lo máximo de
nosotros.
Es tan importante enseñar a nuestros niños(as) y jóvenes
a desarrollar una gran capacidad de esfuerzo, para cumplir con sus ideales, lo
cual les permitirá no “tirar la toalla”, cuando la mayoría abandone con las
primeras “trancas” que se les presenten en el camino. Recordemos que todo
éxito, requiere de un gran sacrificio; dominar un instrumento musical, aprender
un idioma, desarrollar una disciplina deportiva, obtener un título académico,
son producto de la constancia y el esfuerzo de una persona, que abandonó su
“zona cómoda” para crecer en lo personal, académico y laboral; recordemos que
“el éxito no se logra con cualidades especiales, es sobre todo un trabajo de
constancia, de método y de organización”.
MgSc Mary Contreras
angeldelaeducacion@gmail.com
www.angeldelaeducacion.blogspot.com
"No mido el éxito por mis victorias, sino por las veces que he conseguido levantarme de las derrotas".
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