La Nube Avariciosa
Erase una vez una nube que vivía
sobre un país muy bello. Un día, vio pasar otra nube mucho más grande y sintió
tanta envidia, que decidió que para ser más grande nunca más daría su agua a
nadie, y nunca más llovería.
Efectivamente, la nube fue creciendo,
al tiempo que su país se secaba. Primero se secaron los ríos, luego se fueron
las personas, después los animales, y finalmente las plantas, hasta que aquel
país se convirtió en un desierto.
A la nube no le importó mucho, pero
no se dio cuenta de que al estar sobre un desierto, ya no había ningún sitio de
donde sacar agua para seguir creciendo, y lentamente, la nube empezó a perder
tamaño, sin poder hacer nada para evitarlo.
La nube comprendió entonces su error,
y que su avaricia y egoísmo serían la causa de su desaparición, pero justo
antes de evaporarse, cuando sólo quedaba de ella un suspiro de algodón,
apareció una suave brisa. La nube era tan pequeña y pesaba tan poco, que el
viento la llevó consigo mucho tiempo hasta llegar a un país lejano, precioso,
donde volvió a recuperar su tamaño.
Y aprendida la lección, siguió siendo
una nube pequeña y modesta, pero dejaba lluvias tan generosas y cuidadas, que
aquel país se convirtió en el más verde, más bonito y con más arcoíris del
mundo.
Generosidad es actuar y pensar en
favor de los demás, hacia fuera, no hacia adentro; una persona generosa es aquella
que actúa en favor de otras personas, quien con alegría y entusiasmo, siempre
está dispuesto a dar lo mejor de sí, sin esperar nada a cambio. Es importante
tener presente que el darse a los demás…va más allá de ofrecer “cosas”
materiales, porque ese valor generosidad se ve reflejado en dar tiempo,
escuchar, perdonar, motivar, halagar, reconocer. Es decir, dar sin esperar nada
a cambio, entregar parte de tu vida, para ayudar a los que más necesitan,
brindar consuelo a los que sufren, preocuparse por los que te rodean, saber que
tus actuaciones repercuten positivamente en algún ser humano.
Este hermoso cuento nos refleja la
importancia de cultivar en nosotros y en nuestros seres amados, el Valor
Generosidad, que es uno de los valores humanos más valiosos y representativos
de las personas. Tenemos el deber como formadores de nuestros hijos, como
Educadores de las futuras generaciones, como Defensores Educativos de los
Niños, Niñas y Adolescentes, de sembrar la generosidad, como el valor que nos
diferencia de otras especies; de estar siempre pendiente de ayudar a los demás
sin hacer distinciones, de resolver situaciones que afectan a quienes nos
rodean, en la medida de nuestras posibilidades; recordemos la frase célebre de
la Madre Teresa de Calcuta: “A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota
en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.”
MgSc Mary Contreras
angeldelaeducacion@gmail.com
www.angeldelaeducacion.blogspot.com
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