Normas de Convivencia (Parte II)
La escuela es después del hogar uno de los primeros espacios públicos de
participación y socialización de los niños(as) y jóvenes; siendo un espacio
formado por la sociedad, y que a la vez expresa a la sociedad, no está ajena a
los problemas que afectan al país, siendo la institución educativa, el reflejo
más palpable de ellos: violencia individual y colectiva, crisis de valores,
carencias materiales y afectivas, deserción escolar, padres y madres
irresponsables, un personal con sueldos irrisorios, la reaparición de
enfermedades infecciosas erradicadas en décadas pasadas, embarazos en las
adolescentes, promiscuidad, y un sinfín
de adicciones (alcoholismo, drogas, tabaco, chimo,) una vagancia tecnológica (mal
uso del internet y de los celulares), que deja poco espacio para la
disertación, las interrelaciones personales, la lectura y la creatividad de los
estudiantes. Son algunos de los principales problemas que se deben sobrellevar
en las aulas de clases y en los diferentes ambientes educativos.
Todas estas situaciones afectan, limitan y someten a los niños, niñas y
adolescentes como sujetos de derecho en su condición y dignidad humana, de allí
la necesidad de crear condiciones favorables que faciliten el aprendizaje,
donde se privilegie la comunicación, el respeto mutuo, el diálogo, la
participación, para aprender a convivir, de la única forma posible
“Conviviendo”.
Surgiendo así en los centros educativos la necesidad de Normas de
Convivencia Escolar, que ayuden a prevenir y solucionar los conflicto de manera
pacífica, justa, democrática y sobre todo creativa; sin vulnerar los derechos y
garantías de los niños(as) y jóvenes. Teniendo
presente que para elaborar este instrumento legal que regirá las
interrelaciones escolares se deben dar situaciones que favorezcan su creación.
Para la construcción de unas Normas, Manual o Reglamento Disciplinarios de
las Instituciones Educativas, se deben tener presente las siguientes premisas:
Realizar un Diagnóstico para conocer
la realidad del centro educativo, sobre todo en relación al manejo de la
disciplina escolar (antecedentes y precedentes), y las clases de normativas o
acuerdos de convivencias que existían, establecer el estado en que se
encuentran las relaciones de convivencia entre los actores involucrados, para
hacer notar la necesidad de abordar esta temática. Crear Mesas de Trabajo Grupal, que permitan discutir los resultados del diagnóstico, esta
primera reunión unirá a cada grupo con
sus pares, es decir, estudiantes con
estudiantes, según los intereses que poseen cada uno de estos actores, buscando
una disertación en libertad, sin que se sientan presionados. El objetivo
principal es que en estas mesas de trabajo se expresen planteamientos, acuerdos
y desacuerdos en torno a la realidad que vive la institución, obteniéndose así
una opinión colectiva de ese ámbito escolar, como un primer paso para diseñar
la Normativa para la “sana” convivencia escolar.
“Siempre es el momento apropiado
para hacer lo que es correcto”.
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