domingo, 2 de junio de 2013

Recupera tu equilibrio emocional




Recupera tu Equilibrio Emocional


Un monje budista del siglo VII decía “cuando experimentes rabia o tristeza, no digas nada, no hagas nada. Quédate como un tronco”. ¿Sabes por qué? Porque cualquier cosa que digas o hagas no saldrá de ti realmente, sino del desequilibrio emocional que estás sufriendo temporalmente, y es posible que, más tarde, cuando tus emociones se calmen, te arrepentirás de lo que dijiste o hiciste.
Desde niños debemos convivir con las emociones positivas o negativas; en el caso de las emociones negativas nadie nos enseña a manejarlas, por lo cual terminamos usándolas contra nosotros mismos y contra los demás.
Diariamente estamos rodeados de personas negativas o emocionalmente alteradas, siendo muy fácil contagiarnos y perder la claridad mental. Es muy importante que comencemos a orientar a nuestros Niños, Niñas y Adolescentes para el manejo “adecuado” de sus emociones; para que no se dejen afectar ni utilizar por otras personas, que se aprovecharían de sus emociones exaltadas.
Es importante que como  adultos responsables les ayudemos a comprender, que poco a poco deben ir formándose con sus propias convicciones, criterios y valores, para cuando les corresponda enfrentarse a situaciones cargadas de emociones negativas, no les afecte tanto, teniendo más control de sí mismos y de las actuaciones que puedan tener en esos momentos, porque mientras más afectados estamos, menos objetivos somos.
Es necesario comprender lo importante que es formar generaciones, que no se dejen llevar por sus emociones negativas, que piensen antes de actuar, que asuman consecuencias de sus acciones y sobre todo que manejen algunas estrategias que les permita rápidamente volver a su equilibrio emocional.
No podemos  evitar ingresar en estados emocionales de conmoción, enojo, ira, decepción, tristeza, miedo lo que sí se puede hacer es elegir cuánto tiempo quedarse en ese estado. Es decir que se puede elegir cuando salirse de ellos. Recordando que evitar las emociones, debilita el sistema inmunológico, dando paso a diversas enfermedades, se generan apegos a diversas adicciones, empobreciéndose las aspiraciones de vida y distorsionándose la manera de pensar. Es esencial aprender a canalizar las emociones positivas o negativas, siempre hacia nuestro beneficio.
“La habilidad para hacer una pausa y no actuar por el primer impulso se ha vuelto aprendizaje crucial en la vida diaria”.




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